El éxodo de la población rural a zonas más desarrolladas durante la Revolución Industrial impulsó el inicio del desarrollo de las grandes ciudades. Actualmente, más de la mitad de la población mundial reside en grandes urbes, lo que supone un 75% de la producción de energía mundial, generando cerca del 80% de los gases de efecto invernadero que afectan a nuestro planeta. Teniendo en cuenta que la ONU estima que para 2050 la población que resida en las metrópolis puede ascender hasta el 66%, muchas ciudades ya han pasado a la acción para dar respuesta a algunos de los problemas que supone esta sobre población. Y la tecnología es su aliado.
Basándose en estos parámetros el estudio establece que, en 2019, las 3 ciudades más inteligentes del mundo son Londres, NuevaYork y Ámsterdam
¿Qué son las Smart Cities?
Las ciudades inteligentes son aquellas metrópolis que se apoyan en la tecnología de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a la vez que se satisfacen las necesidades tanto de empresas e instituciones. Estos avances tecnológicos permiten detectar incidencias en tiempo real, anticiparse a saturaciones de tráfico, mejorar la inversión en servicios públicos, captar multinacionales y una mayor eficiencia en la gestión administrativa.
De acuerdo con el índice Cities in Motion creado por IESE, las Smart Cities pivotan sobre 9 bases fundamentales:
- Capital humano: Para poner la tecnología al servicio de la población es necesario atraer y retener el talento, así como proponer mejoras en educación que fomenten la creatividad y la investigación.
- Cohesión social: Hacer partícipes a todos los ciudadanos de un proyecto común, independientemente de su nivel cultural, económico o social. Se tienen en cuenta factores como la inmigración, el desarrollo de las comunidades, el cuidado de los mayores, la eficacia del sistema de salud y la seguridad e inclusión ciudadanas.
- Economía: Incluye aspectos que promueven el desarrollo económico de un territorio como planes de promoción económica local, de transición e industriales estratégicos; innovación e iniciativas emprendedoras.
- Gobernanza: Valora la eficacia, la calidad y la buena orientación de la intervención del Estado. Deben tenerse en cuenta factores como el nivel de participación ciudadana y la capacidad de las autoridades para involucrar a los líderes empresariales y los agentes locales, así como la aplicación de planes de gobierno electrónico.
- Medio ambiente: Garantizar la sostenibilidad medioambiental a través de planes anti contaminación, el apoyo a los edificios ecológicos y a las energías alternativas, una gestión eficiente del agua y de los residuos, y la existencia de políticas que ayuden a contrarrestar los efectos del cambio climático.
- Movilidad y transporte: La movilidad y el transporte afectan a la calidad de vida de los habitantes de una ciudad y pueden resultar vitales para la sostenibilidad de las urbes a lo largo del tiempo.
- Planificación urbana: Es necesario tener en cuenta el diseño de las zonas verdes y los espacios de uso público, así como apostar por un crecimiento inteligente. Los nuevos métodos de urbanismo deben centrarse en crear ciudades compactas, con buenas conexiones y servicios públicos accesibles.
- Proyección internacional: Mantener la proyección global pasa por mejorar la marca de la ciudad y su reconocimiento internacional a través de planes turísticos estratégicos, la atracción de inversión extranjera y la representación en el exterior.
- Tecnología: El uso de las TIC es una dimensión que permite a las ciudades ser sostenibles en el tiempo, así como mantener o ampliar las ventajas competitivas de su sistema productivo y la calidad del empleo.
Basándose en estos parámetros el estudio establece que, en 2019, las 3 ciudades más inteligentes del mundo son:
Londres
Se coloca en primera posición gracias a su capital humano, proyección internacional, movilidad y transporte, gobernanza, tecnología y planificación urbana. Flaquea en medio ambiente y cohesión social.
Nueva York
Es la ciudad líder en economía, y destaca también en capital humano, movilidad y transporte, planificación urbana y tecnología. Por el contrario, fracasa estrepitosamente en cohesión social.
Ámsterdam
Le han valido el puesto en el pódium factores como la proyección internacional, tecnología, planificación urbana y transporte y movilidad.
Las Smart Cities ya empiezan a generar ingresos y un volumen de negocio en torno a la tecnología que, siendo cada vez más necesaria, mejorará la vida de quienes residen en ellas.